Odélio Horta Filho, líder de ventas de Soluciones Digitales de Embratel, dice que una regulación efectiva de la IA es esencial para garantizar que sus avances se dirijan a elevar la actividad humana y reducir las desigualdades sociales, argumentando que es «imperativo» que los gobiernos de todo el mundo se comprometan a regular la IA para garantizar que respeta los derechos humanos y los valores democráticos.
La IA se está convirtiendo rápidamente en una de las tecnologías más influyentes y ubicuas en nuestra sociedad contemporánea. Su papel está destinado a ampliarse aún más, influyendo no sólo en las esferas empresariales sino también en los gobiernos de todo el mundo.
Sin embargo, a medida que nos aventuramos en este ámbito de la innovación, es esencial considerar no sólo sus beneficios económicos sino también su potencial para promover el bienestar social y humano.
La evolución de la sociedad está intrínsecamente ligada al continuo desarrollo de la IA, la robótica y la biotecnología.
Este punto de vista, compartido por pensadores como Mustafa Suleyman, autor del libro Next Wave, destaca el impresionante potencial de la IA para generar riqueza y excedentes.
Sin embargo, Suleyman también subraya los riesgos éticos asociados con esta evolución, enfatizando la importancia del desarrollo tecnológico responsable.
Una de las piedras angulares de este desarrollo responsable es la urgente necesidad de regulación.
Una regulación eficaz de la IA es esencial para garantizar que sus avances se dirijan a elevar la actividad humana y reducir las desigualdades sociales, en lugar de ampliarlas. Imagine el impacto negativo que podrían tener los algoritmos sesgados en las decisiones que afectan la vida diaria de miles de millones de personas.
Por lo tanto, es imperativo que los gobiernos de todo el mundo se comprometan a regular la IA, garantizando que respete los derechos humanos y los valores democráticos.
Hoy en día, la IA ya desempeña un papel importante en una variedad de áreas gubernamentales, incluidas la atención médica, el medio ambiente, la educación y la seguridad.
La expectativa es que esta influencia solo aumentará en el futuro, cuando los sistemas de inteligencia artificial ayuden a los administradores públicos a tomar decisiones importantes que afectan la vida de los ciudadanos.
Sin embargo, esta mayor influencia también trae consigo la necesidad de una gobernanza de datos sólida.
En Brasil, hemos observado tres movimientos importantes en relación con la gobernanza de datos.
En primer lugar, hay un énfasis creciente en definir estrategias de gobernanza de datos dentro de cada agencia gubernamental para extraer el máximo valor de los datos disponibles.
En segundo lugar, existe un incentivo para compartir datos, tanto entre entidades públicas como con la sociedad en general, en línea con la política de datos abiertos del Gobierno Federal.
Finalmente, vemos un esfuerzo por promover la educación social sobre datos y gobernanza de datos, creando incentivos para la reutilización de la información y la innovación.
Sin embargo, el intercambio de datos enfrenta importantes obstáculos, como la necesidad de garantizar la confidencialidad de la información y el cumplimiento de la Ley General de Protección de Datos (LGPD).
Superar estos desafíos requerirá avances continuos en la gobernanza y la gestión de datos, garantizando que se utilicen de manera estructurada y segura.
En cuanto a la regulación de la IA, Brasil ha adoptado un enfoque en línea con las recomendaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con el objetivo de promover el crecimiento inclusivo, el desarrollo sostenible y el bienestar.
La Estrategia Brasileña de Inteligencia Artificial (EBIA), publicada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI), es un claro ejemplo de este compromiso.
En el ámbito legislativo, el Proyecto de Ley N° 2338 de 2023, en análisis en el Poder Legislativo, busca establecer lineamientos generales para el uso responsable de la IA, garantizando la seguridad y confiabilidad de los sistemas. Además, el gobierno está discutiendo la publicación de decretos que regulen la gobernanza de datos, centrándose en aspectos como la interoperabilidad, la gestión de metadatos y la seguridad.
Las tecnologías de apoyo, como la computación en la nube, desempeñan un papel clave en la evolución de la IA y la gobernanza de datos.
La nube permite una gestión de datos eficiente y segura, proporcionando la base.
Las empresas que se rodeen de buenos proveedores tecnológicos tendrán todas las condiciones para triunfar en su negocio y generar valor para los clientes y la sociedad en su conjunto.