A medida que las máquinas aumentan su autonomía y su capacidad para tomar decisiones, la demanda de una mayor capacidad de almacenamiento y procesamiento de datos se vuelve necesaria para impulsar la Inteligencia Artificial (IA) de los millones de dispositivos agregados a las redes.
Uno de los principales desafíos en este sentido es la latencia. Es decir, el tiempo que puede tardar la red en convertir la información en acciones. Cuanto menor sea la latencia, más sensibles serán las máquinas a los estímulos ambientales.
Según el estudio The Digitization of the World From Edge to Core, realizado por IDC, el volumen de datos y la conectividad del usuario final a través de dispositivos tecnológicos como el Internet de las cosas (IoT) será de 175 zettabytes y 21 mil millones para 2025, respectivamente. – y este escalamiento no teme mantener su crecimiento a lo largo de la década.
América Latina, en particular, ha mostrado interés en adoptar Edge Computing para mejorar diferentes procesos y operaciones, desde transporte y logística hasta plantas industriales, servicios públicos, Smart Cities y hospitales.
Según la Encuesta de Servicios Analíticos de Harvard Business Review 2022 realizada a 316 ejecutivos en seis países de LATAM (Brasil, México, Perú, Argentina, Chile y Colombia), el 90% de los ejecutivos en las tecnologías emergentes de la región son extremadamente o muy importantes para el éxito futuro de una organización. . Una proporción similar (87 %) dice que ha aprovechado las tecnologías emergentes extremadamente bien o muy bien en los últimos dos años.
En comparación con la computación en la nube, esta es la tecnología emergente más utilizada entre las organizaciones latinoamericanas, citada por el 65% de los encuestados. El estudio concluye que al migrar la informática y el almacenamiento de un centro de datos centralizado a una ubicación más cercana a donde se recopilan los datos, Edge Computing puede proporcionar una mejor velocidad, confiabilidad y escalabilidad.
Saida Ortiz, directora de canales en Vertiv Latinoamérica
América Latina está viviendo una transformación sin precedentes apoyada en el crecimiento del consumo digital y el hecho de que la red 5G comienza a desplegarse en la región, lo que hace que el Edge Computing sea necesario para satisfacer la nueva demanda digital.
En este sentido, los CIO de la región deben administrar más dispositivos que nunca antes, mientras que la experiencia del usuario y sus necesidades comerciales han aumentado drásticamente. Todo ello a través de una infraestructura que les permite ofrecer servicios de forma remota en un mundo globalizado y digitalizado.
Un dato importante es que, según la investigación Data Center 2025: Closer to the Edge, de Vertiv, más de la mitad (53 %) de los profesionales de la industria de TI creen que su inversión superará el 100 %. El 20% cree que esta inversión, que va desde el papel futuro de la computación en la nube hasta el tema de las energías renovables, se duplicará.
Se producirá especialmente en sanidad, telecomunicaciones, distribución de energía y transporte. Sin embargo, también se presenta una gran oportunidad en el sector de la educación.
La implementación de Edge, sin duda, trae múltiples beneficios de conectividad y mejora el rendimiento en comparación con la forma en que interactuamos. Por lo tanto, creo que un CIO debe comprender que Edge Computing se trata de distribuir información de manera eficiente, rápida y adecuada para el negocio.
Por lo tanto, creo que hay cuatro puntos que un CIO debe tener en cuenta para aprovechar Edge Computing:
- Comprender cómo se debe distribuir la información para entregarla lo más rápido posible a los clientes
- Comprender la estrategia de infraestructura corporativa para determinar qué iniciativas o acciones implementar con respecto a la inversión, la satisfacción y el impulso del cliente
- Comprender los elementos conceptuales que tienen que ver con la tecnología para comprender qué significa la transformación tecnológica y cómo implementarla
- Finalmente, es necesario identificar qué transformaciones culturales deben ocurrir dentro de la organización. Para ello, es crucial impulsar conceptos de gestión del cambio, cambiar la mentalidad de los empleados, ayudarlos a encontrar el propósito de la organización y reflejarlo en sus acciones del día a día.
Fábio Henrique, director regional de Panduit para Centroamérica, Sudamérica y el Caribe
Los servicios de Internet 5G ya son un hecho. Están aquí no solo para cambiar la forma en que nos comunicamos, sino también para invitar a las empresas a seguir el camino de Edge Computing, que existe desde hace algunos años, pero solo ahora le estamos dando el respeto que se merece.
Esta infraestructura da seguridad, velocidad y capacidad a nuestras conexiones. La pandemia del COVID-19 sí ha traído evoluciones a muchas empresas a nivel tecnológico, no solo en dispositivos sino también en infraestructura, pero aún nos queda mucho camino por recorrer para estar al día con lo que viene en temas como el Blockchain, Artificial Inteligencia (IA), Internet de las cosas (IoT), computación en la nube y ciberseguridad, entre otras implementaciones por venir.
Dicho esto, es importante invitar a los CIO y gerentes de TI a invertir en Edge Computing, lo que al final se traduce en un mejor servicio al cliente y menos interrupciones en su comercio electrónico, sitios web, aplicaciones y redes sociales debido a la latencia en la velocidad.
¿Quién no ha intentado mostrar un vídeo a un potencial cliente desde el móvil, la tablet o el iPad a la tele de la sala de reuniones, y se detiene? Bueno, esto no es exclusivamente culpa de la velocidad de Internet.
Necesitamos entender que existe un marco que respalda el funcionamiento de la tecnología en las empresas detrás de IoT y que ser vulnerable a un pirata informático o una violación de datos puede convertirse en una crisis de reputación. Uno de los ejemplos más claros es el hackeo de entidades gubernamentales en América Latina.
Es importante señalar que Edge Computing tendrá un crecimiento constante hasta al menos 2025 y que en estos tres años avanzarán las comunicaciones, los nuevos dispositivos y la necesidad de conectar todo a una sola nube, no solo en el trabajo sino también en la vida cotidiana.
Todo se reduce a más volúmenes de datos y cambios a los que debemos estar al día para llevar la potencia de procesamiento lo más cerca posible del lugar donde se originan los datos y requiere protocolos de última generación para funcionar.
Debemos dejarnos conquistar por lo que la tecnología nos aporta como practicidad en nuestras vidas.
Raymundo Peixoto, vicepresidente sénior de Dell Technologies Latinoamérica
En esta era de los datos, cada vez es más difícil definir la línea que traza la información desde donde se origina hasta los diferentes puntos donde se procesa. La inmunidad es la palabra clave que impulsa el mundo competitivo.
Ahora, las organizaciones pueden extraer valor de la información y tomar decisiones en tiempo real, mejorando y digitalizando sus procesos, creando nuevas líneas de negocio o simplemente llevando la tecnología a donde antes no podía llegar.
Prácticamente, todas las industrias y todos los mercados abordarán los proyectos de Edge Computing de una forma u otra. Según los analistas, el 80% de la información generada en 2025 provendrá de ubicaciones fuera de lo que llamaríamos centros de datos tradicionales. Gartner estima que el 50% de la infraestructura que se implementará para 2023 estará en entornos Edge. Según IDC, la cantidad de aplicaciones en Edge crecerá nada menos que un 800 % para 2024.
La oportunidad es grande, y la nueva realidad implica un nuevo modelo para muchas organizaciones que tendrán que hacer frente a la complejidad que plantean los nuevos paradigmas y arquitecturas, los principales retos de seguridad o la dificultad de mantener la coherencia entre todos los elementos de la cadena.
Será vital buscar la simplicidad en el consumo de soluciones de extremo a extremo, ya que las plataformas integradas y empaquetadas simplifican las implementaciones y las operaciones. También será necesario asegurar la integridad de todos los elementos, su seguridad y disponibilidad, algo complejo en un entorno donde cada vez hay más puntos y fuentes de información, así como mantener los estándares y homogeneizar infraestructuras, procesos y planes de control.