El Centro de Estudios Galápagos de la Universidad de Carolina del Norte se une al líder en análisis y IA para impulsar los esfuerzos de conservación y sostenibilidad.
Como organización dedicada a la innovación responsable y al uso de la tecnología para generar un cambio positivo, SAS aplicará inteligencia artificial (IA) y aprendizaje automático impulsado por la comunidad para ayudar a proteger a las tortugas marinas en peligro de extinción.
Siguiendo un proyecto reciente de SAS para ayudar a rastrear la deforestación en la Amazonía, el líder en análisis ahora está trabajando con el Centro de Estudios Galápagos de la Universidad de Carolina del Norte (CGS) para llevar a cabo investigaciones en varias iniciativas en las islas. El CGS se ha unido a SAS para analizar datos y obtener información que les ayudará a comprender entornos similares desafiantes en todo el mundo.
A través de una aplicación llamada ConserVision, se invita a los científicos ciudadanos a emparejar imágenes de las marcas faciales de las tortugas para ayudar a entrenar un modelo de visión por computadora de SAS. Una vez que el modelo pueda identificar con precisión a las tortugas individualmente, los investigadores dispondrán de información valiosa de manera más rápida para realizar un seguimiento más preciso de la salud y los patrones migratorios de cada tortuga a lo largo del tiempo. El objetivo es que en el futuro el modelo pueda realizar reconocimiento facial en cualquier imagen de una tortuga marina, ya sea de un grupo de conservación o de un turista de vacaciones.
Sarah Hiser, MSc, Arquitecta Técnica Principal de SAS, dijo: «A medida que nuestros desafíos como comunidad global se vuelven cada vez más complejos, necesitamos formas dinámicas de acceder y utilizar información para intensificar los esfuerzos de conservación. Al utilizar tecnologías como analítica, IA y aprendizaje automático para cuantificar el mundo natural, obtenemos conocimientos que nos ayudan a proteger los ecosistemas y abordar el cambio climático».
Además de las tortugas, las Islas Galápagos albergan muchas especies únicas que no se encuentran en ningún otro lugar de la Tierra. Siendo un refugio ecológico para los investigadores desde que Charles Darwin puso por primera vez el pie allí en 1835, también son hogar del Centro de Ciencias Galápagos, una instalación de investigación dirigida conjuntamente por la UNC-Chapel Hill y la Universidad San Francisco de Quito en Ecuador.
«Durante más de 10 años, el Centro de Ciencias Galápagos ha acogido a científicos excepcionales que realizan investigaciones innovadoras que aumentan nuestra comprensión del medio ambiente y generan resultados positivos en el mundo real», explicó la Dra. Penny Gordon-Larsen, Vicecanciller Interina de Investigación de la UNC-Chapel Hill.
«Esta innovadora asociación público-privada con SAS mejorará la capacidad del centro para analizar datos que impactarán positivamente tanto al medio ambiente como a las personas que habitan estas magníficas islas».
Como la única instalación científica universitaria de su tipo en el archipiélago, el Centro de Ciencias Galápagos se inauguró en 2011 en la Isla San Cristóbal para apoyar estudios interdisciplinarios sobre población, salud y medio ambiente, examinando los subsistemas sociales, terrestres y marinos de las islas.
La Iniciativa Galápagos está diseñada para fomentar programas de investigación, educación y divulgación con el objetivo principal de avanzar en los esfuerzos de conservación en Galápagos y promover una mejor comprensión de las áreas ecológicamente sensibles y protegidas en todo el mundo. En última instancia, el Centro de Ciencias Galápagos tiene como objetivo garantizar ecosistemas saludables en las islas para las generaciones futuras.
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